Food & experience: la fórmula que transforma los espacios comerciales
La comida dejó de ser un complemento en los shoppings para convertirse en protagonista. Los espacios gourmet crecen, fidelizan y redefinen la experiencia del consumidor.
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Los centros comerciales están dejando atrás su enfoque exclusivo en productos para transformarse en verdaderos destinos de experiencias, donde la gastronomía cumple un rol cada vez más estratégico. Los espacios gourmet ya no son un lujo o un añadido, sino una poderosa ancla comercial que atrae tráfico, extiende la estadía del visitante y potencia el consumo en otras categorías.
Así lo explicó Carlos Hernán Betancourt, presidente del Consejo Directivo de la Cámara Latinoamericana de la Industria de Centros Comerciales (CLICC), durante el evento El desarrollo de la industria de los centros comerciales, organizado por la Cámara de Centros Comerciales de Paraguay (CCCPy) y la CLICC.
Según indicó el experto, el 50% de los visitantes entra primero a un centro comercial por su oferta gastronómica. “La gastronomía no solo vende comida, vende momentos, conexión emocional, experiencias que fidelizan”, señaló Betancourt, citado por el diario digital El Nacional
El crecimiento de este rubro es notorio: en los años 2000 los malls casi no contaban con áreas de comida. En 2010 surgieron las primeras plazas de fast food, ocupando apenas un 5% del área alquilable (GLA). Para 2015, con la incorporación de zonas gourmet y la digitalización, esa cifra subió al 10%. En 2020, con la consolidación de los food halls y propuestas de autor, la participación creció al 15%. Hoy en día, el modelo food & experience se impone, con espacios que destinan hasta un 25% de su GLA a la gastronomía. Incluso, algunos formatos a cielo abierto alcanzan el 50-60%.
Este fenómeno refleja también una transformación cultural. “Hace 20 años, ir a un restaurante era algo ocasional; hoy es parte del día a día”, comentó Betancourt, al tiempo de destacar que la gastronomía se convirtió en uno de los mayores generadores de tráfico en los centros comerciales.
Este nuevo modelo también amplía el concepto de shopping hacia una visión de “miniciudad”, integrando no solo retail y gastronomía, sino también clínicas, gimnasios, coworkings, parques y hasta residencias. “Ya no hablamos solo de centros comerciales, hablamos de desarrollos urbanos integrados”, afirmó.
En este contexto, la figura del operador evoluciona. “Ahora gestionamos ciudades en pequeño. Tenemos que manejar tráfico, seguridad, servicios públicos, sostenibilidad y tecnología, todo bajo una lógica de experiencia integral”, concluyó.